En serio no extrañas? me preguntaron. En serio, nada? me preguntaron.
No! para nada! Obvio que no! ya pasó mucho tiempo, muchas historias. Respondí firme y con convicción.
Pero mentí. No mentí a sabiendas. Realmente siento ese NO Obvio!
Después me dí cuenta que a esa respuesta le faltaba un larguísimo párrafo, que apenas puedo escribir ahora.... casi.
No extraño a la persona, pero sí extraño la experiencia de compartir vida, tristezas, alegrias y decisiones.
No extraño a la persona, pero sí tengo nostalgia de la hermosa sensación de pertenencia que sentía.
Definitivamente extraño la mirada. Pero no la suya específicamente.
Sino la mirada que te devuelve amor, deseo, anhelo, orgullo, reconocimiento, ternura. Esa mirada que es como volver después de un horrible día a casa. Cálida, segura.
Esa mirada que contruye, alimenta, valida. Y cuando no está, destruye, desdibuja, diluye.
Me llevó mucho tiempo dejar de buscarla en otros. Me llevó tiempo darme cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario