Y un día, pasó.
Como en una serie de post modernismo fantástico, todo se vació.
Para que los animales pudieran caminar, para que el aire se limpiara, el agua se purificara y la tierra respirara profundo después de sacudirse a algunos miles de encima.
Sólo un micro momento en la vida del universo.
Y después, calles con caras tapadas, miradas desconfiadas, protocolos, procedimientos y miedo.